El futuro de la Industria Electrointensiva

El futuro de la Industria Electrointensiva

En estos últimos años es muy frecuente leer en los medios de comunicación las dificultades de la llamada industria electrointensiva para mantener su producción en España, achacándose esta situación, principalmente, al alto precio de la energía eléctrica que consumen, en comparación con el de las industrias competidoras en otros países de nuestro entorno.

En este artículo se trata de analizar la situación actual de las industrias electrointensivas y proponer SOLUCIONES de futuro.

1.- INDUSTRIA ELECTROINTENSIVA

Se debe considerar, dentro de esta definición, a la que cumple las siguientes condiciones:

- La energía eléctrica que consume no tiene la consideración de un servicio auxiliar para sus instalaciones, sino el de una materia prima fundamental en sus procesos y como tal representa más del 15%, llegando hasta el 50%, de su coste de producción.
- Más del 50% de su consumo eléctrico debe ser en las llamadas “Horas Valle”, para contribuir al aplanamiento de la curva de consumo nacional (gestión de la demanda).
- Sus productos compiten en mercados globalizados.

Una vez definida, es procedente preguntarse si estas industrias tienen suficiente importancia para necesitar ser consideradas y tratadas de manera específica en el suministro de energía eléctrica.

Los datos hablan por sí solos:

- En España, en esta definición se engloba a toda la industria básica (siderurgia, metalurgia, aluminio, cemento, papel, gases industriales y un largo etc…). ArcelorMittal, Alcoa, AluIberica, Ferroatlántica, Xeal, Ercros, Asturiana del Zinc, AtlanticCooper, Megasa y Ence son algunas de las más representativas, muchas de ellas con importantes fábricas en Galicia.
- Sus números son elocuentes: más del 10% del consumo de energía eléctrica nacional, más de 20.000 M€ de facturación, 250.000 empleos de calidad por su formación y nivel retributivo. Sistemas de gestión tecnológicas, de gestión energética y medioambiental punteros, que hacen que sean referencia mundial en cada uno de sus sectores por su alta productividad.

En Galicia los números principales son los siguientes: 15.000 empleos de calidad, como se ha comentado, facturación cercana a los 4.500 M€ y más del 20% de consumo total de energía eléctrica en la Comunidad.

Por otra parte, y muy importante de destacar, es que son industrias con fuerte implicación social y que funcionan como industrias impulsoras, promotoras y tractoras en los municipios/zonas en que desarrollan su actividad (En Galicia A Costa da Morte, Arteixo, San Ciprian, Laracha, Narón, Pontevedra, etc…, son una buena muestra de ello).

2.-FACTURA ELÉCTRICA

En la siguiente tabla, se puede ver la composición del precio final del Mwh consumido por estas industrias en España, Alemania y Francia:

precio final MWH consumido por industrias electrointensivas

Con estos datos es fácilmente explicable que el futuro de estas industrias, de no poner soluciones a esta situación, es el cierre, la deslocalización física o lo que considero muy dañina, por indetectable, deslocalización silenciosa (se va reduciendo la producción, se deja de hacer mantenimiento de instalaciones y se prescinde de inversiones hasta su muerte por inanición).


3.-ESTATUTO DEL CONSUMIDOR ELECTROINTENSIVO

Para mejorar la competitividad de estas industrias, y con un año y medio de retraso sobre lo señalado en el RD20/2018 de Medidas urgentes para el impulso de la competitividad en sector de la industria, se publicó el RD 1106/2020 el ansiado Estatuto, reclamado insistentemente por las industrias electrointensivas y un elevado número de CCAA en las que están instaladas.

Reconocer que, de entrada, es un paso positivo pues, por primera vez, se asume en dichos decretos que existe un problema de competitividad de esas industrias ligado al precio del suministro de energía eléctrica. Se adoptan algunas medidas compensatorias y se señalan posibles caminos a desarrollar en el futuro para intentar mitigar los efectos adversos de su alto coste energético.

Pero la realidad concreta es que es claramente insuficiente e insatisfactorio, como han denunciado las industrias y las CCAA afectadas, de las que no se han recogido prácticamente ninguna de las alegaciones presentadas durante el período de información pública, (reconocimiento al papel especialmente activo de la Xunta de Galicia en defensa de este sector industrial).

Varios son los motivos para considerarlo manifiestamente mejorable, al no resolver el gran diferencial de precio con sus principales competidores:

- Rebaja sustancialmente las condiciones para ser considerada industria elctrointensiva, pasando de 160 a 600 las industrias afectadas, en perjuicio de las que, de manera clara y directa, su competividad depende del precio de la energía.
- No contempla la posibilidad, solicitada, de consideración especial a la industria que puede definida como Hiperelectrointensiva, como ocurre en otros países.
- No define ni concreta las reglas de bonificaciones por el coste del CO2 indirecto diseñado por la UE. En la misma TABLA se ve la diferente compensación en Alemania y Francia.
- Anuncia, sin regular, posibles bonificaciones futuras con relación a los Peajes e Interrumpiblidad que se siguen aplicando en otros países.
- Como resumen, y sólo señalando las carencias más importantes del Estatuto, para la industria verdaderamente electrointensiva, la repercusión de rebaja en el coste final es de 0,54 €/Mwh, absolutamente ridícula ante los datos reflejados en la TABLA anterior.

4.-PROPUESTAS

Las carencias reflejadas en el Estatuto y la comparativa con Francia y Alemania, nos indican cuáles pueden ser las propuestas para solucionar el problema:

- Definir las característícas para calificar a una industria como hiperelectrointensiva, entre otras una repercusión de la factura eléctrica, en el precio de coste, superior al 35%, con tratamiento específico en las compensaciones.
- Impulsar de manera clara los contratos a largo plazo, PPA´s, con energías renovables a precios competitivos, como los revelados en las subastas de finales de enero pasado. Adicionalmente debería reservarse una parte de la energía de las futuras subastas de renovables, para suministrar a las industrias electrointensivas.
- En la parte regulada de la factura, y copiando lo que ya hacen en otros países, compensar en un 80% el pago de peajes de trasporte eléctrico, además de la exención del pago por capacidad y del Fondo de Eficiencia, dado perfil del consumo de estas industrias y su contribución al sistema eléctrico y sus exigentes y auditadas Sistemas de Gestión Energética.
- Aplicar la normativa europea que admite compensar por los costes indirectos de CO2, hasta el 25% de los ingresos de los derechos de emisión de gases de efecto invernadero.
- Legislar, en un breve plazo, el mecanismo de reserva estratégica, antes llamado Interrumpibilidad, subastando potencias similares a otros países que lo están aplicando.

35 €/Mwh, en las circunstancias actuales, deben ser la referencia de precio final, aplicable a los cotes de los productos de la industria Hiperelectrointensiva.

5.-CONCLUSIONES

El objetvo es conseguir, para estas industrias, un precio para la energía eléctrica que consumen, calificado como CEP (competitivo, estable y predecible) y en línea con las de sus principales competidores.

Soluciones existen y se están aplicando en países de nuestro entorno. Lo único necesario es voluntad política para legislarlas y para ello hay que tener muy claro que en los países más desarrollados y que mejor hacen frente a las crisis, la industria supone, como mínimo, el 20% del PIB, y en España nos queda un largo camino que recorrer en este sentido.

Dejar constancia, una vez más, que este sector, como otros muchos en España (construcción, textil, automóvil telecomunicaciones…) es referencia mundial por su gestión, tecnología, y productividad, por lo que debería ser objeto de un mayor apoyo y consideración, y, porque no decirlo, de un orgullo de país, que, a tantos, en aras a una falsa modernidad, cuesta reconocer.

El desarrollo de las renovables previsto en el PNIEC, la llegada de Fondos europeos, siempre que sean bien gestionados y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, presentan un escenario ideal para definir, por una vez, una auténtica política energética que impulse, a través de ella, la salida de la importante crisis que estamos sufriendo.

El futuro de muchos empleos y una parte importante del PIB está en juego. Nuestros políticos tienen la última palabra, ¿podemos confiar en ellos?


Carlos Oliete Fernández
A Coruña, Marzo 2021

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