Colegiados y asociados visitan la factoría de Ence en Lourizán

Una veintena de industriales gallegos visitó el sábado 2 de febrero la factoría de Ence en Lourizán (Pontevedra) después de entregar los premios del concurso de fotografía “La ingeniería industrial en la sociedad”, organizado por la Asociación de Ingenieros Industriales de Galicia. Una visita en la que estuvieron guiados por el también ingeniero industrial Antonio Casal Lago, director del centro operativo de Ence en Pontevedra, y cuyas fotos puede consultar aquí.

La expedición estuvo encabezada por el decano del Colegio de Ingenieros Industriales de Galicia, José Manuel Durán; y contó con la presencia del vicedecano, Constantino García; del tesorero del Colegio, Juan Manuel Berea Cruz; y de los delegados de A Coruña, César Themudo Goday; Vigo, Roberto Carlos González Fernández; Pontevedra, Fernando García-Pintos Escuder; y Lugo, Jesús Bendaña Suárez.

Antonio Casal comenzó la visita explicando que la fábrica de Ence en Lourizán es una de las dos únicas del mundo de su categoría que blanquea la pasta de papel sin utilizar cloro ni derivados del cloro. Además, les indicó que Ence genera en Galicia 5.140 empleos –directos e indirectos-. La actividad de Ence genera en Galicia más de 4.000 empleos forestales y otros 1.140 industriales (entre los cuales hay un gran número de ingenieros industriales).

Los aspectos que más interesaron a los ingenieros industriales fueron la gestión de la energía en la fábrica y el respeto al medio ambiente. Así, Casal explicó que la actividad de la fábrica tiene hoy un impacto ambiental controlado y limitado por la Autorización Ambiental que le permite operar, tanto en lo que se refiere a calidad del agua como a la calidad del aire. Las emisiones atmosféricas, en su mayor parte vapor de agua, cumplen con los límites que establece la Autorización Ambiental Integrada que permite operar a la fábrica. De hecho, comentó que fotografías como la que ganó el certamen “La ingeniería industrial en la sociedad” pronto no podrán ser tomadas, pues esas emisiones de vapor de agua dejarán de producirse en los próximos años.

En cuanto a la gestión de la energía, Casal indicó que la planta es prácticamente autosuficiente: a partir de la parte de la madera que no emplea para producir celulosa, genera casi toda la energía renovable que consume en su proceso industrial. Produce tanta energía al año como la que consumen 60.000 hogares.

Otro de los puntos de interés fue el tratamiento de la lignina, una sustancia altamente inflamable que se elimina de la madera antes de su procesamiento como pasta de papel. La planta cuenta en la actualidad con dos turbinas de contrapresión para lignina, sustancia que los ingenieros pudieron observan in situ.

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