Silvia Colmenero, Ingeniera Industrial y delegada de Lugo: “La Ingeniería Industrial no tiene género y es una profesión tan apasionante para hombres como para mujeres”

Silvia Colmenero, Ingeniera Industrial y delegada de Lugo: “La Ingeniería Industrial no tiene género y es una profesión tan apasionante para hombres como para mujeres”

Silvia Colmenero es Interventora Técnica Provincial de Inspección Técnica de Vehículos y delegada del ICOIIG en Lugo

-¿Cómo descubrió su vocación por la Ingeniería Industrial?

-Ciertamente yo no puedo presumir de que mi decisión por estudiar esta carrera haya sido vocacional. Por aquellos mis 17 años, estudiando COU en el Instituto Chano Piñeiro de Forcarei, mi pueblo natal, yo había escogido la rama de ciencias puras que incluía las asignaturas de Matemáticas, Física, Química y Biología, en lugar de Dibujo Técnico. La razón es que no tenía muy claro si decidirme por una Ingeniería Superior - ahora Máster- o por Medicina. En un principio, me inclinaba más por esta segunda opción, pero fue determinante la obtención de la calificación de un diez sobre diez en la asignatura de Física, en Selectividad. En ese momento escogí continuar por la rama técnica, y en particular por la Ingeniería Industrial. Otro factor decisivo fue que mi hermano, mayor que yo, también se hallaba cursando la carrera. Volviendo a su pregunta, puedo afirmar que descubrí mi vocación por la Ingeniería Industrial en el momento que comencé a ejercerla

-¿En qué áreas de la Ingeniería Industrial desarrolla actualmente su trabajo?

-Mi trayectoria profesional como ingeniera industrial comenzó como proyectista en el ámbito de la empresa privada pero pronto di el salto a la función pública, dentro de la administración autonómica gallega. He trabajado como técnico facultativo -escala de ingenieros industriales- en las consellerías competentes en materia de medio ambiente y de industria en las áreas de medio ambiente, I+D, energía y seguridad industrial. Actualmente desempeño mi trabajo en el Servicio de Administración Industrial en la Jefatura Territorial de Lugo, dependiente de la Vicepresidencia segunda e Consellería de Economía, Empresa e Innovación, en donde tengo asignadas las tareas de Interventora Técnica de ITV de la provincia. A mayores, y por mi condición de técnico facultativo, también me corresponde la elaboración de informes o cualquier otra cuestión de índole técnica que me sea requerida en el ámbito de las atribuciones del Servicio, en esencia, instalaciones y establecimientos industriales. Como Interventora de ITV tengo encomendado el control técnico administrativo de las cinco estaciones de inspección técnica de vehículos fijas y las móviles que actualmente están habilitadas para ejercer esta actividad en la provincia de Lugo. A título de ejemplo, forma parte de mi actividad la intervención en determinados procedimientos de reforma sobre vehículos que requieren de autorización administrativa previa o el dictamen o resolución de posibles reclamaciones y consultas, si bien es cierto que, en la actualidad, lo que tiene especial relevancia para mí y está despertando mi mayor interés, es todo lo concerniente al desarrollo del vehículo eléctrico.

 -¿Qué es para usted el ICOIIG y qué función tiene de cara a la sociedad?

-Según los estatutos, el ICOIIG es la corporación de derecho público que vela por el correcto ejercicio de la profesión regulada de Ingeniero Industrial. Para mí, la regulación, promoción y defensa de la profesión, así como la ayuda, amparo y protección de sus colegiados y la defensa de sus intereses profesionales son las principales funciones del Colegio y la razón que justifican necesariamente su existencia y continuidad. El ICOIIG tiene además otras funciones estatutarias no menos importantes como son el apoyo y asesoramiento a la Administración de Justicia, Registro Mercantil y a las Administraciones Públicas que así lo soliciten. A mayores, creo que el Colegio es un centro de relaciones tanto sociales como profesionales que fomenta la actividad económica de Galicia y que busca la colaboración entre los distintos colegiados y sus actividades empresariales. De cara a la sociedad, el Colegio es un garante de buen hacer, ya que mantiene una profesión regulada, colabora en la formación continua de los Ingenieros Industriales y en esencia, tutela el correcto ejercicio de la profesión, velando por la ética y dignidad, como garantía de los derechos de los ciudadanos. Por otro lado, para la sociedad, el ICOIIG también puede ser un elemento tanto consultivo como fiscalizador, puesto que, desde el punto de vista técnico, puede opinar acerca de las distintas actuaciones que se lleven a cabo en Galicia relacionadas con la profesión.

- ¿Cuál es su cometido dentro de la Junta de Gobierno del ICOIIG?

-Actualmente soy la delegada de Lugo y como tal, vocal de la Junta de Gobierno del Colegio que está constituida por 12 miembros. En el ámbito de mi delegación, forma parte de mi cometido defender los intereses de los colegiados adscritos a la misma, promover la organización de cursos o seminarios presenciales sobre materias de interés, y realizar alguna actividad lúdica y abierta al ámbito familiar. En concreto, en el mes de enero de cada año celebramos una ya tradicional comida de Reyes, en la que se reconoce la trayectoria de colegiados veteranos y se da la bienvenida a los recién incorporados, y en el mes de septiembre solemos hacer una excursión en la que visitamos algún enclave de especial interés. Todo ello dentro de la actividad ordinaria, dado que, por las circunstancias sanitarias actuales, todos los actos presenciales del Colegio, y por ende, de la Delegación, han sido objeto de cancelación. En lo referente a la Junta de Gobierno, y en mi condición de vocal, participo en las reuniones ejerciendo mi derecho de voz y voto en la adopción de acuerdos sobre los asuntos que figuran en el orden del día. La situación de restricciones sanitarias que estamos viviendo en los últimos meses no han mermado nuestra labor, ni la frecuencia de nuestras convocatorias que han pasado, eso sí, a celebrarse de forma telemática. La defensa de la profesión de Ingeniero Industrial es el cometido al que más tiempo dedicamos en el órgano de gobierno del Colegio. El intrusismo profesional y la defensa de nuestras competencias considero que es el mayor reto al que nos enfrentamos.

-¿Qué hito destacaría de su carrera profesional?

 -¡Uff! No me atrevo a destacar nada de mí que además tenga el calificativo de hito, aunque por dar una respuesta a su pregunta y de forma objetiva, puedo mencionar un hecho que aconteció en el año 2010, época en la que, como ingeniera industrial, trabajaba como inspectora en el Servicio de Intervención Ambiental de la Consellería de Medio Ambiente. En ese momento, se efectuó una evaluación externa a los quince inspectores de la Comunidad Autónoma, encomendada por la Secretaría Xeral de Calidade e Avaliación Ambiental de la Consellería, en la que obtuve la máxima valoración en el cómputo conjunto de todos los factores evaluables. Debo decir que no fue un mérito exclusivamente personal puesto que formaba parte de un buen equipo de trabajo.

-¿Cómo ve la Industria en Galicia?

-La Industria en Galicia parece que no está en su mejor momento consecuencia, no sólo, de las restricciones derivadas de la actual pandemia sino, a mi modo de ver, de unas políticas que no han sabido asentar a una industria que parecía consolidada pero libre de decidir cerrar sus puertas. La central térmica de Endesa en As Pontes, el complejo de alúmina- aluminio de Alcoa en San Ciprián, la fábrica de palas de Siemens-Gamesa en As Somozas, la textil de Florentino en Lalín... por citar algunos de los cierres o conflictos actuales de Industrias emblemáticas y que además generaban empleo de calidad. El anuncio por parte de Unión Fenosa Distribución (Grupo Naturgy) de traslado de su centro de operaciones de red de distribución eléctrica de A Coruña a Madrid, es otra noticia desalentadora para la Industria Gallega. En estos tiempos difíciles y en los que se prevén cambios importantes, Galicia debe apoyar a sectores industriales estratégicos, como el alimentario, el manufacturero, el tecnológico, las energías renovables, la automoción y la industria de la logística. Estos sectores no parecen haberse visto afectados en tan gran medida por esta crisis derivada por la pandemia, y a priori gozan de una estabilidad que les permite consolidarse. A título personal, y debido a que mi trabajo actual se centra en la automoción, aplaudo la instalación de una planta piloto de silicio para baterías de automóviles, que se proyecta en el Polígono Industrial de Sabón, Arteixo. Me gustaría añadir la siguiente reflexión: Galicia necesita más Ingenieros Industriales Superiores al frente de su Industria, tanto en el sector privado como en el sector público. Personal con una formación polivalente y muy completa, resolutiva, con talento y, por norma general, comprometido con su trabajo. Considero que es fundamental contar con ellos para pilotar la Industria en Galicia, y de no ser así, careceremos de una hoja de ruta que nos permita avanzar en la consolidación de una Industria fuerte y solvente y generadora de empleo de calidad.

-¿Cómo alentaría a la nueva generación de mujeres a estudiar Ingeniería Industrial?

-Esta profesión, históricamente ha sido integrada de modo casi exclusivo por hombres, y solamente en fechas recientes se ha incorporado el sector femenino. Aun así, las cifras de nuestro Colegio nos dicen a día de hoy que sólo el 15% de los colegiados somos mujeres y ciñéndome a la Delegación de Lugo, esta cifra se mantiene. Desde mi posición, quiero resaltar que la Ingeniería Industrial no tiene género y es una profesión tan apasionante para hombres como para mujeres. Su versatilidad y la diversidad de áreas en las que se puede ejercer hacen imposible que cualquier mujer que se incline por las ciencias en su rama técnica, no encuentre un campo en el que se sienta cómoda y le encante desarrollar su trabajo: puede diseñar máquinas, instalaciones, vehículos, dirigir fábricas y obras, ser responsable de la organización de la producción, de la prevención de riesgos laborales y de la gestión medioambiental de una empresa, ser docente, investigadora, contribuir a mejorar la competitividad de las plantas industriales, mejorar la calidad de los procesos productivos, la logística e incluso las finanzas de una empresa… y un sinfín de cosas que podría seguir enumerando. Si esa generación de mujeres a las que quiere que me dirija son todavía muy jovencitas pero curiosas, despiertas, dinámicas y les gusta saber el porqué de las cosas y resolver ellas mismas sus problemas, les diría que una Ingeniera Industrial sabe cómo funciona la lavadora y por qué vuelan lo aviones, la razón de por qué sus patines ruedan pero también pueden deslizar, y de dónde sale y cómo viaja la energía que hace que podamos tener luz en nuestros hogares, sabe arreglar su bicicleta y ¡hasta hacer su declaración de la Renta! (Jajajaja) Me río porque tengo una niña de 8 años y, desde muy pequeña, siempre que ha surgido alguna avería doméstica de cualquier índole en casa de sus abuelos -como la rotura del mecanismo de una persiana, bajada del interruptor diferencial del cuadro eléctrico- o, estando con amiguitos, alguno de sus juegos se ha destartalado o quedado sin pilas, enseguida decía: “tranquilos, eso la arregla mi madre que es Ingeniera Industrial”. Para finalizar, me gustaría formular la siguiente reflexión: Comencé mis estudios creyendo que acabaría sabiendo mucho de Física y de sus aplicaciones pero que poco podría hacer por el bienestar de la sociedad por no haberme decidido por la Medicina. Hoy, como Ingeniera Industrial, puedo afirmar que no es así.

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