El galardón al mejor proyecto emprendedor otorgado por la AIIG en la última edición de los Premios Galicia de Energia ha recaído en la empresa Enercraft, creada en 2020 en Cambados gracias al esfuerzo conjunto de dos ingenieros que se unieron para dar una solución al problema del sector aeronáutico provocado por el abismo existente entre la evolución electrónica y eléctrica de las aeronaves, y el estancamiento del diseño y eficiencia de los equipos energéticos de soporte en tierra que las asisten, siendo una situación crítica para su operatividad diaria. La detección de esta necesidad y de esta oportunidad de negocio ha convertido a ENERCRAFT en una pequeña empresa dinámica, internacional, y con un enorme potencial en diferentes áreas del sector energético.

Entrevistamos a su Director General, Alberto Jurjo que nos da su punto de vista sobre la implicación de los Ingenieros Industriales en el sector energético y nos cuenta que ha supuesto para su Empresa este reconocimiento.

¿Que significa para ENERCRAFT que una Entidad como la Asociación de Ingenieros Industriales de Galicia reconozca vuestro proyecto y os otorgue uno de los Premios?

Registramos la empresa en Galicia a finales de octubre de 2020, e iniciamos todo el proceso administrativo y técnico para poder localizar y seleccionar a nuestros nuevos proveedores en el menor tiempo posible, lo cual nos permitiese iniciar la adquisición de los componentes que necesitábamos, y establecer nuestra pequeña Línea de Producción y Ensamble, que no estuvo operativa hasta marzo – abril de 2021. Solo en ese momento pudimos comenzar a fabricar y a comercializar nuestros dispositivos, por lo que el hecho de recibir un reconocimiento como “Mejor Proyecto Emprendedor” tan solo unos pocos meses después, en octubre de 2021, antes incluso de que la empresa hubiese cumplido un año de existencia, es un logro muy relevante por el cual nos sentimos tremendamente agradecidos, y que da un valor enorme al grandísimo esfuerzo que tuvimos que hacer para poder iniciar nuestras operaciones durante uno de los momentos mas complejos que todos recordamos, debido a las limitaciones impuestas por la pandemia, donde era imposible visitar físicamente a nuestros nuevos proveedores, y en un momento en el que, incluso el hecho de desplazarse de Cambados al Parque Empresarial de Nantes, donde tenemos nuestra actividad industrial, era posible motivo de sanción si no se justificaba convenientemente… Realmente fue un proceso muy difícil, muy largo, y con muchas complicaciones adicionales, que se sumaron a las ya habituales que se encuentran los socios fundadores de cualquier nueva entidad que inicia su aventura empresarial.

Por todos esos motivos, creemos que hemos recibido el más valioso de todos los premios que ha entregado la AIIG en esta convocatoria de 2021, ya que emprender en estas condiciones, estando a merced de muchos factores desconocidos e imprevisibles, era una autentica osadía, con mínimas opciones de éxito. La confirmación de este premio lo significó todo para ENERCRAFT, y fue una bocanada de aire fresco y una inyección de energía que nos dio la confianza y el impulso necesario para seguir realizando este esfuerzo, y para seguir apostando por la innovación y la por diferenciación tecnológica, que sabemos será la garantía de éxito de nuestro proyecto.

Este pasado periodo de los últimos dos años ha sido, probablemente, el peor momento para decidir emprender, pero al mismo tiempo estamos convencidos de que ha sido el mejor momento para iniciar esta aventura y para no cruzarse de brazos. Es probable que nuestro posicionamiento como empresa, con respecto a nuestros competidores, que habrán tenido que dedicar sus esfuerzos a mantener a flote sus estructuras, mientras nosotros construíamos la nuestra partiendo de una hoja en blanco, sea hoy mucho mejor que la que hubiésemos tenido en condiciones normales. Creemos que otros fabricantes de equipos para aviación han sufrido mucho en esta etapa, y que nosotros hemos salido reforzados y beneficiados, al haber renacido en Galicia bajo este contexto. El resultado de esa hipótesis es algo que veremos y comprobaremos en los próximos meses, a medida que avanza 2022.

¿Cuáles son las expectativas profesionales de futuro en temas energéticos?
Sin ninguna duda, éste es el momento para estar y para invertir en este sector, donde las expectativas de futuro parece que no van a tener límites, y que vienen impulsadas por la transformación y la transición energética, que es responsabilidad de todos y que tiene signos claros de ser una tendencia global e irrefrenable. Por supuesto, como en todas las transiciones, habrá muchas iniciativas que sean inviables, hay intereses económicos muy fuertes que impondrán sus limitaciones, hay conflictos que surgirán entre diferentes soluciones tecnológicas hasta que unas se impongan sobre las otras, o bien hasta que terminen encontrando sus diferentes nichos de mercado y conviviendo, habrá frenos de la propia infraestructura actual que puede no estar preparada aun para la llegada de una avalancha de nuevas soluciones energéticas, y podremos encontrarnos “burbujas” cuya estabilidad depende de una fina capa que, al final, no soportará la presión, como parece suceder con muchas start-ups de muy reciente creación, sobrevaloradas hoy en millones de Euros…
Hay mucha demanda, es cierto, pero también hay muchísima oferta, y no habrá sitio para todos. Eso lo vemos nosotros, por ejemplo, en el surgimiento de empresas fabricantes de equipos de acumulación, que es nuestra especialidad. Cada semana hay nuevos competidores, y existen y se ofrecen, a través de múltiples plataformas de ventas, dispositivos de un gran espectro de calidades, con similares especificaciones (teóricas al menos) pero con precios de mercado muy diferentes… En esas situaciones, consideramos que el potencial cliente está completamente perdido, porque es muy complejo para cualquiera el poder tener un criterio objetivo, y el poder hacer una selección de un producto y un análisis de sus características técnicas, de la viabilidad económica final y de la amortización de una simple adquisición de un producto o de una solución que el comprador (particular o empresa) realmente necesita.
Al final, con el tiempo, se llegará a un equilibrio, y quedarán en el mercado las soluciones y los productos de calidad y fiables, que tengan un sustento y una base tecnológica sólida, y que hayan sido validados y demuestren que, más allá de un coste, son inversiones rentables para un cliente. Hoy parece que cualquiera sabe fabricar una batería, y que cualquiera vende e instala unos paneles solares, por ejemplo… Este modelo parece ir en contra de todos los principios de buenas prácticas que promueve la Ingeniería Industrial, y hay que tener mucho cuidado con generar falsas expectativas en el mercado, simplemente con el objetivo de aprovechar una tendencia global, de sacar ventaja de un tirón comercial, y de hacer un negocio puntual y cortoplacista. Eso no beneficia a nadie.
En ENERCRAFT llevamos ocho años desarrollando y perfeccionando nuestros sistemas de acumulación, transformación y gestión de energía, y hemos validado la calidad de nuestros dispositivos en uno de los sectores mas exigentes del mundo, el aeronáutico. Tenemos productos siendo utilizados por operadores de aviones o helicópteros en trece países, y hoy empleamos esa misma tecnología en el desarrollo de nuevos productos y soluciones de acumulación, que tienen un destino comercial muy diferente, y con los que estamos resolviendo problemas existentes en otros sectores industriales, más allá del mundo de la aviación. Desde nuestra posición, convencimiento y filosofía de que las cosas deben hacerse con responsabilidad, dejaremos pasar esta ola de entusiasmo y oportunismo a la que muchos quieren subirse, para seguir posicionando nuestros productos y nuestra marca. Nuestra solidez y continuidad como empresa no la conseguiremos por haber vendido mucho, sino por haber vendido correctamente, y por no haber perjudicado a ningún cliente con la entrega de productos de muy baja fiabilidad y de calidad cuestionable.

¿Qué aporta la Ingeniería Industrial a este tipo de proyectos?
A pesar de que ENERCRAFT ha sido fundada por un ingeniero electrónico, Eduardo Urquizú, y por un ingeniero aeronáutico, Alberto Jurjo, las responsabilidades propias de la ingeniería industrial están presentes en nuestro día a día. Nuestro enfoque a la hora de desarrollar cada uno de nuestros productos y a la hora de definir los procesos de ensamble de los mismos, en preparación para una producción de volúmenes cada vez mayores, es, sin duda, la optimización de la productividad. De hecho, en ENERCRAFT entendemos ese objetivo como doble, ya que nuestras innovaciones se gestan y conciben siempre con el objetivo de facilitar nuestra propia productividad interna, a la hora de encarar nuestros procesos productivos, pero también se centra en optimizar la productividad de nuestros clientes cuando reciban nuestros productos y los integren dentro de sus cadenas de producción, que por lo general son servicios.
La mentalidad de los ingenieros, independientemente de sus disciplinas, tiene muchas áreas comunes que todos compartimos. Es muy cierto que la ingeniería industrial está en todo, y por supuesto, en la mentalidad de ENERCRAFT hay una gran componente de optimización de los recursos humanos y técnicos disponibles, así como del manejo y gestión de todos los sistemas que involucran la puesta en marcha de una cadena productiva, como la que hemos logrado establecer en tiempo récord en Galicia.
Es fácil que dos ingenieros que se han formado en Universidades de Ingeniería diferentes, pero multidisciplinares ambas, propicie que esos dos profesionales hablen prácticamente el mismo idioma, de modo que no reste, sino que sume, el hecho de que un proyecto industrial lo lleven a cabo un ingeniero electrónico y otro aeronáutico, o cualquiera de las otras combinaciones posibles. Lo que no debe faltar nunca es el rigor, la capacidad de autoaprendizaje, y, sobre todo, el sentido común.

¿En qué otros proyectos de futuro estáis trabajando?
ENERCRAFT es un proyecto que se trasladó desde la provincia de Ontario – Canadá, en donde comenzamos operaciones en el año 2018, a Galicia. Desde nuestra anterior localización geográfica, nuestro planteamiento como empresa era la dedicación productiva en exclusiva a soluciones energéticas para el sector aeronáutico, una industria, a priori, inquebrantable y con constante actividad. ¡Nada más lejos de la realidad!
La reciente pandemia paralizó una industria que nunca dormía, dejo miles de aeronaves en tierra, desestructuró aerolíneas, hizo cerrar escuelas de pilotos, centros de mantenimiento, empresas operadoras de aeronaves, congeló presupuestos públicos y privados… y en definitiva dejó a nuestro mercado, y a nuestra base completa de clientes, en una situación totalmente vulnerable. La consecuencia fue el cierre temporal de nuestra actividad productiva y comercial en Norteamérica, y la disolución posterior de nuestra sede canadiense.
Ese golpe inesperado tenía un porqué, y en este caso era doble el motivo: por un lado, nos obligó a trasladar nuestra empresa a otro lugar, y el elegido fue Galicia, un cambio con el que hemos salido ganando; y por otro nos obligó a reinventarnos, a salir de una posición más acomodada donde comercializábamos productos para un único sector, y a ampliar nuestra visión del mercado global y nuestro portfolio de soluciones, para no depender solamente de una única industria. La inversión fue enorme, en tiempo y recursos, pero el resultado hoy es muy claro, y encaramos el próximo año con unas previsiones de crecimiento que no habríamos tenido habiendo trabajado bajo otras circunstancias.
En estos pocos meses de operación en Galicia hemos optimizado los procesos productivos de nuestros productos, hemos mejorado nuestra documentación técnica y procedimientos internos, y hemos desarrollado nuevas soluciones y dispositivos de acumulación y gestión de energía, que se han diseñado para ser comercializados en sectores y actividades como la construcción, el naval, el mantenimiento de instalaciones, eventos al aire libre, iluminación, emergencias, los vehículos no tripulados o la industria de las energías renovables, que hoy está, nuevamente, en pleno auge. En concreto estamos centrados en la industrialización de nuestros nuevos dispositivos denominados EMA (Energy Mobile Assistant), que son unos innovadores equipos portátiles de acumulación de energía, fabricados con la misma tecnología de baterías de litio que utilizamos para el sector de la aviación, que es uno de los más demandantes del mundo en cuanto a calidad de productos y fiabilidad. Nuestras EMAs son equipos de acumulación muy resistentes y de gran rendimiento, que se componen de un módulo de baterías y un módulo cargador e inversor, todo ello integrado en una compacta maleta protectora, para facilitar así su transporte y asegurar la autonomía que requieren sus usuarios, que podrán utilizar nuestros equipos para cualquier actividad en donde se necesite acceso a una fuente de energía. EMA no emite ruidos, ni olores ni gases, y se diseña con el objetivo principal de reemplazar a los grupos electrógenos que funcionan con combustibles fósiles, siendo una alternativa de energía limpia y 100% eléctrica.
En paralelo, hemos potenciado nuestro alcance comercial, y hemos comenzado a seleccionar empresas de relevancia a nivel internacional con las que hemos negociado contratos de distribución de nuestros productos. En este sentido, en pocos meses hemos cerrado acuerdos comerciales con dos empresas, y el objetivo es concluir las negociaciones y firmar acuerdos con otras dos o tres entidades antes de que termine el año 2021, de manera que tengamos bien cubierta nuestra presencia comercial, inicialmente en Norteamérica, Latino América y Europa.
Si las previsiones de ventas de nuestros productos para aviación, y de nuestros nuevos desarrollos para otros sectores, nos acompañan, y disponemos de recursos suficientes para autofinanciarnos, a partir del segundo semestre de 2022 nos gustaría comenzar el desarrollo de un innovador proyecto que consiste en la definición y fabricación posterior de una aeronave de efecto suelo y propulsión eléctrica. Sería, por supuesto, un desarrollo 100% ejecutado en Galicia, y daría como resultado una plataforma para misiones aéreas con un nivel de eficiencia energética sin comparación con otras soluciones existentes en la actualidad. Si se nos permite que dejemos volar la imaginación, ésta sería nuestra hoja de ruta, desde hoy hasta finales de 2024.

¿Qué valor añadido ofrecen los Ingenieros Industriales en este tipo de proyectos?
Los ingenieros industriales y las disciplinas en las que se basa su profesión, son una piedra angular en cualquier proyecto que tenga una clara finalidad productiva, tal y como nos ocurre en la actividad que desarrollamos en ENERCRAFT.
Esta revolución y transformación energética del mundo, bajo la cual encaramos el objetivo de una descarbonización completa de la industria, nos obliga a todos a redefinir, incluso, la formación universitaria, para preparar, desde la base, a los nuevos profesionales y que sean aptos para estos nuevos retos.
En este contexto actual, desde ENERCRAFT planeamos y evaluamos sinergias y posibles colaboraciones con empresas de diferentes industrias, y en todas ellas existirá, con gran probabilidad, la figura del ingeniero industrial, o al menos estarán presentes, entre el conjunto de personas que finalmente desarrollen los proyectos, prácticamente todas las disciplinas en las que se basa dicha profesión. Esto es algo intrínseco a todas aquellas iniciativas del sector industrial, cuya finalidad sea el desarrollo de productos de elevado valor añadido. No sería posible, en ningún caso, llevar estos proyectos a cabo sin una sólida base determinada y definida por los valores y obligaciones de los ingenieros industriales, donde las buenas prácticas, la responsabilidad ante terceros, o la aplicación del conocimiento para la protección de la sociedad y del medio ambiente, son sus banderas principales.