Entrevista a Jorge Varela, colegiado en el exterior que nos da su visión del mercado laboral en el Reino Unido
Jorge Varela Barreras, Col. Nº 3150 que lleva varios años trabajando en el Reino Unido, desde Marzo del 2021 compagina su trabajo de investigador en Imperial College London con un trabajo a atiempo parcial como Experto en Vehículo Eléctrico en CTAG, nos da su visión de la situación del mercado laboral para los #IngenierosIndustriales en este país.
• ¿Cómo ves el mercado actual para los Ingenieros Industriales en el Reino Unido?
Un mercado lleno de oportunidades. A pesar de la incertidumbre económica derivada del Brexit y de la pandemia, los datos nos dicen que es más difícil que nunca cubrir la demanda.
Por un lado, la oferta se ha mantenido fuerte, apoyada por la tradición del sector (>20% PIB) y el plan maestro gubernamental (UK's Industrial Strategy). Un plan que curiosamente May impulsó en 2017 debido al Brexit. El plan puede que sea mejorable, de hecho, está en revisión, pero sin duda ha conseguido arrancar mejoras en la productividad, inversión en formación, y orientación de la industria hacia las tecnologías del futuro.
Por otro lado, no sobran los candidatos con buenos perfiles. Existe envejecimiento demográfico, éxodo de emigrantes tras el Brexit, déficits educativos estructurales, y también, por qué no decirlo, percepciones algo naive entre las nuevas generaciones que ven la industria cómo un sector contaminante y poco atractivo para trabajar. En ese sentido, hay muchas iniciativas nacionales que buscan la difusión y divulgación de la ingeniería entre los jóvenes, y que son muy necesarias.
• ¿Qué perfiles son los más demandados?
En general, existe gran demanda en todas las áreas de ingeniería, y particularmente en I+D, construcción, fabricación, software e ICT.
En cuanto a roles tradicionales, existen muchas vacantes para technical product manager, project engineer, manufacturing engineer, managing director, production manager o manufacturing engineering manager.
En nuevas tecnologías, destacan los roles en torno a disciplinas como data analysis, artificial intelligence, robotics, cyber security, CGI artist, batteries, functional safety, power electronics, ADAS, app developer, o installations.
• ¿Qué otras habilidades “Soft Skills” están en alza?
Supongo que depende de cada rol, pero en general creo que se valora la creatividad, la capacidad de resolución de problemas, la autonomía, las habilidades comunicativas, el liderazgo, el trabajar en equipo, la flexibilidad y capacidad de adaptación.
• ¿Cuál crees que es la mejor forma de destacar sobre el resto de candidatos?
Cuando se empieza a trabajar en ingeniería tengo claro que lo más importante es hacerlo en un sitio dónde se aprenda, y en el momento que dejas de hacerlo, pensar en el cambio. Luego, cuando uno se va conociendo mejor, creo que es vital hacer una reflexión sobre dónde estamos y a dónde vamos. Y plasmarlo en un plan de desarrollo personal y profesional que nos debe acompañar a lo largo de nuestra vida.
Una vez te mueves en esa línea, creo que todo es más fácil, y las cosas llegan cuando tienen que llegar, de forma natural. En el momento de la búsqueda de empleo, creo que la honestidad es una gran baza. Mostrarse cómo uno es, con sus fortalezas y debilidades, sabiendo de dónde vienes, y a dónde quieres llegar.
• ¿Qué ventajas te proporciona el trabajar en el extranjero?
Los gallegos somos gente muy de casa, pero también hemos hecho las américas. Así que la opción de hacer las maletas en busca de un futuro mejor la tenemos presente en nuestra cultura. La cuestión es esa, irse para mejorar, y no al contrario.
En ese sentido hay que tener un buen plan. Por ejemplo, mudarse a Reino Unido a probar suerte en ingeniería sin tener un puesto cerrado, no parece una buena idea. El coste de la vida es alto y hoy en día se puede encontrar trabajo desde España.
Más allá de esto, irse al extranjero es una manera de salir de nuestra zona de confort, y es ahí dónde nos empiezan a pasar las cosas más interesantes, tanto en lo personal cómo en lo profesional. El programa Erasmus ha sido una buena forma de dar el primer paso para mucha gente, aunque en muchos casos el impacto haya sido más bien personal. En mi caso, fue en ambas facetas.
Tuve la suerte de irme a Dinamarca a escribir mi proyecto fin de carrera a una gran universidad gracias a una colaboración que el Prof. Feijoó (U. de Vigo) mantenía con el Prof. Teodorescu (U. de Aalborg). Acabé cursando allí un máster y el doctorado, y se me abrieron las puertas a la Universidad de Oxford, y luego, Imperial College London.
He tenido el privilegio de trabajar en I+D con grandes equipos y medios, algo difícil de imaginar en la universidad de hoy en España. He participado en 12 proyectos sobre baterías y movilidad eléctrica generosamente financiados por iniciativas público-privadas (+£60M). También en Oxford participé en el desarrollo de la exitosa estrategia nacional sobre giga-factorías de baterías de la mano de Faraday Institution, llevando nuestra visión hasta el 10 Downing Street. Hoy en día hay ya dos grandes giga-factorías en marcha en Reino Unido, y se esperan otras seis antes de 2040. Así que, en mi experiencia, el Reino Unido es un país que no solo abre sus puertas al talento de los ingenieros de fuera, sino que nos ayuda a crecer y alcanzar nuestro potencial.
En conclusión, irse al extranjero puede significar grandes oportunidades de desarrollo personal y profesional, que en ciertos sectores son complicadas de encontrar en España. También hay que pensar que las distancias tampoco son cómo antes. Las nuevas tecnologías, las aerolíneas low-cost, y los esquemas laborales flexibles nos permiten trabajar fuera, mientras que seguimos cerca de nuestros amigos y familiares.