2.- ¿Cuál fue el mayor desafío al que os enfrentasteis?
Superados los desafíos de la obra, en el ámbito de la ingeniería, en la fase inicial una vez construido el puerto, hubo que negociar con las empresas los traslados de actividad del puerto interior al puerto exterior, que han requerido de grandes inversiones por su parte. El estado de situación actual y la realidad del puerto exterior hoy en día no habría sido posible sin el impulso decidido de todas las empresas de la comunidad portuaria que hasta la fecha han apostado por el puerto, desarrollando sus infraestructuras y ofreciendo capacidades de almacenamiento modernas y en superficie muy superiores a las disponibles en los muelles de la dársena interior.
 
Todo ello unido también a la captación de nuevas empresas y proyectos industriales que hemos conseguido atraer al puerto, tanto en el ámbito de la eólica offshore, como de las energías renovables, que va a requerir de una planificación acertada de los espacios, de acuerdo a la normativa vigente y con criterios de eficiencia, compatibilidad y madurez tecnológica de las solicitudes de concesión que se han recibido. Todo ello va a requerir también más inversiones para desarrollar nuevas infraestructuras que permitan habilitar la zona sur de Langosteira ante la implantación de los proyectos industriales presentados.
 
Otro de los desafíos ha sido reclamar insistentemente la plena conectividad de punta Langosteira con la necesaria conexión ferroviaria, que finalmente ya está en ejecución y que asegurará la logística intermodal en el movimiento de las mercancías ampliando el propio hinterland portuario.

3.- ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la Industria?
La política de descarbonización y la transición ecológica ha derivado en nuevos desarrollos industriales vinculados a la eólica marina, a la generación de energías renovables que tienen también su proyección en el puerto de A Coruña, que puede actuar como agente tractor de la industria del entorno. La aparición industrial del hidrógeno y del amoniaco como vectores energéticos, y la dimensión prevista de los recursos necesarios para satisfacer la demanda tanto en el transporte pesado como en las actividades portuarias y paraportuarias representan un desafío que va a requerir nuevos grados y ciclos formativos y un elevado grado de innovación.

Muchas gracias Irene por dedicarnos parte de tu tiempo y estamos seguros  que lograréis alcanzar vuestro objetivo de convertir el Puerto Exterior en un referente en energías verdes.