Los profesionales con formación universitaria en ingeniería, arquitectura, economía o similares, presentan una alta cualificación en materias afines a su especialidad.Sin embargo, la complejidad de los proyectos en los que suelen verse involucrados, requiere que cuenten con formación en dirección de proyectos tales como las habilidades interpersonales y directivas que les permitan liderar equipos, tratar con clientes, proveedores, personal… etc.